Una vez un amigo me dijo que invidiaba a los artistas, porque podian siempre hacer lo que les daba la gana subidos en un escenario. Podian ser locos y creativos y hacer cosas que a nosotros los mortales nos haria sentirnos ridiculos. Le dije que no era asi, que era un trabajo y que el tio tenia que currar mucho para hacer el espetaculo y que aunque pareciera un improviso era todo mas que ensayado. Está claro que el artista disfruta y tiene licencias, pero al fin y al cabo, tiene que hacerlo bien aunque en realidad aquel dia se sienta mal. Bueno, aquel dia mi punto era que todos podemos hacer cosas locas, yo y mi amigo tambien, y al final no pasa nada porque nadie nos conece tanto asi. Hoy la historia es otra. vengo para redimirme, para decir que hay artistas como estos que he visto esta noche que disfrutan muchisimo cada noche con lo que hacen. Serrat cantando en casa y hablando catalán y Sabina con su sombrero coco y su ropa de payaso lo hacian como si estuviesen en casa con un par de amigos, o mas bien en un bar, tomando la última copa. Estaba todo calculado, pero para el público - para mi - era todo una sorpresa. Cantaran juntos y por separado las canciones de uno e del otro. Y el publico participaba en una catarsis como se fuera una solo voz. cantaran por mas de tres horas para nuestro - Marta y yo - delirio.
Me gusto tanto que me emocioné, y más de una vez senti lagrimas en mis ojos. Y no eran de las canciones que me recordaba, si no que de ver sus caras de placer, la cumplicidad entre los dos, el estar totalmente a gusto sobre el escenario. Cuando voy a un concierto, siempre me animo a ir a otro. Aunque sea al bar de al lado, a escuchar covers de Sabina.